Un evento corporativo no es solo una fecha señalada en rojo en el calendario, un grupo de personas reunidas con intereses comunes o un escenario elegantemente decorado. Es una oportunidad única para contar una historia. Una historia que emocione, cautive y deje huella. Porque cuando un evento tiene alma narrativa, trasciende lo efímero y se convierte en una experiencia que los asistentes recuerdan y las marcas capitalizan durante muchísimo más tiempo.
El storytelling no es una moda pasajera ni un mantra que repetimos hasta la saciedad l@s publicistas. Es una herramienta de lo más poderosa para dar sentido a buena parte de lo que hacemos o decimos a diario. En el contexto de los eventos, significa construir una narrativa coherente que acompañe cada detalle: desde la convocatoria hasta el cierre, pasando por la ambientación, los contenidos, la puesta en escena o incluso los obsequios.
Cuando el asistente percibe que todo tiene un por qué y unpara qué, se involucra emocionalmente. Y ahí está la diferencia entre asistir a un evento… y vivirlo.
¿Qué significa dotar de historia a un evento?
Dotar de historia a un evento implica convertirlo en un relato con principio, desarrollo y desenlace. En otras palabras, definir un hilo conductor que una todos los elementos bajo una misma idea o propósito.
Esa historia puede ser aspiracional (“El futuro que queremos construir juntos”), emocional (“Celebremos lo que nos une”) o inspiracional (“Transformar para crecer”). Lo importante es que refleje los valores de la marca y los traslade a una experiencia sensorial y emocionalmente coherente.
El objetivo no es decir el mensaje, es hacerlo vivir a los asistentes. Y lo que se vive, se recuerda.
¿Cómo construir una narrativa?
El storytelling de un evento no se improvisa ni se logra por ciencia infusa. Exige estrategia, creatividad y coordinación entre diferentes disciplinas. Algunos pasos clave son:
- Definir el propósito. ¿Qué queremos que los asistentes e invitados piensen, sientan o hagan después del evento?
- Identificar la emoción central. Toda historia memorable apela a una emoción: orgullo, ilusión, pertenencia, superación…
- Diseñar un hilo narrativo. Establecer un concepto rector que conecte los mensajes de marca con la experiencia.
- Traducir la historia en experiencias. El guion y escaleta se materializa en los espacios, el diseño, la música, la iluminación, los contenidos audiovisuales, la gastronomía o incluso los ritmos del programa.
- Involucrar al público. Los asistentes no deben ser meros espectadores, sino protagonistas orgánicos, no forzados, de la historia.
Cada decisión, desde el primer email de invitación hasta la última imagen proyectada, forma parte del relato. Y cuando todo encaja, el resultado es potente: el evento se convierte en una experiencia inmersiva y significativa.
Los beneficios de contar una historia
Un evento con storytelling retorna múltiples beneficios para las marcas.
- Memorabilidad. Las historias activan las emociones y facilitan el recuerdo. Los asistentes no solo recuerdan el evento, sino también los valores y mensajes asociados a la marca.
- Conexión emocional. La narrativa crea un vínculo más profundo y auténtico con el público.
- Cohesión interna. En eventos internos, ayuda a reforzar la cultura corporativa y el sentido de pertenencia.
- Diferenciación. En un entorno saturado de estímulos, las marcas que comunican a través de historias se distinguen con claridad.
- Impacto comunicativo. El storytelling multiplica la eficacia de los mensajes y su difusión posterior, tanto en medios como en Redes.
En definitiva, la historia no adorna el evento: es el corazón que le da vida.
Eventos FlandeCoco: historias que se viven
En FlandeCoco llevamos años acreditando que los eventos más memorables no son los más grandes, sino los que mejor cuentan una historia. Nuestra experiencia con empresas de todos los sectores nos ha permitido perfeccionar una fórmula personalizada donde creatividad, estrategia y producción trabajan en conjunto para dar forma a relatos que impactan y emocionan.
Desde el concepto creativo hasta la última luz del escenario, cada área de nuestra agencia de publicidad aporta su mirada para lograr una coherencia narrativa total. Porque cuando la comunicación, el diseño, el contenido y la puesta en escena hablan el mismo idioma, la marca no solo organiza un evento: crea una experiencia que deja huella.
En FlandeCoco creemos que cada evento tiene una historia esperando ser contada. Y nos apasiona hacer que cobre vida.
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