Storydoing: dejar de contar historias… para empezar a vivirlas

Storydoing: dejar de contar historias… para empezar a vivirlas

No hay profesional del marketing que pueda declararse inocente en un juicio. Todos hemos pronunciado y repetido como un loro gris africano que las marcas deben contar historias. Sí, el storytelling sigue siendo una herramienta de evidentes superpoderes, pero la realidad es que el público actual ya no se conforma solo con escuchar. Desea ver, experimentar, sentir que las marcas pasan del dicho al hecho. Y ahí es donde entra en escena el storydoing, la estrategia que convierte los valores de una empresa en acciones reales capaces de generar conexión y conversación.

De la palabra a la experiencia

El storydoing es la evolución natural del storytelling. Si el storytelling tiene la responsabilidad de narrar una historia, el storydoing se encarga de ponerla en práctica. Es el paso de la palabra a la experiencia: no se trata solo de decir quién eres, sino de demostrarlo con acciones coherentes, visibles y recordables.

Las marcas que adoptan el storydoing crean iniciativas, proyectos, productos o experiencias que expresan sus valores de manera tangible. No se detienen en la estación de las frases bonitas en un eslogan; son hechos capaces de emocionar, inspirar y, sobre todo, involucrar al público en la historia.

Vivimos en una era donde la confianza se gana con transparencia, coherencia y propósito. Las audiencias, desde consumidores hasta empleados y aliados, quieren ver que las marcas se mojan de verdad. No basta con un vídeo emotivo o un copy ingenioso; la gente busca impacto real.

El storydoing se alinea con esta tendencia creciente: las personas disfrutan compartiendo experiencias significativas. Y una buena experiencia nace de una buena acción. Cuando una marca hace algo auténtico y valioso, la comunidad se convierte en su altavoz natural.

3, 2, 1… ¡Acción!

No hace falta ser una multinacional con un presupuesto descomunal para poner en marcha una estrategia de storydoing. Lo esencial es tener claridad, coherencia y creatividad. Aquí van algunas claves para empezar:

Define tu propósito verdadero. ¿Qué es lo que te mueve como arca o negocio? ¿Qué valor aportas más allá de tus productos o servicios? El storydoing nace del propósito y lo convierte en acción. Si tu marca se compromete con la innovación, la sostenibilidad o el bienestar, debes demostrarlo con iniciativas palpables.

Identifica una acción que cuente tu historia. Hazte esta pregunta: si tu marca no pudiera usar palabras, ¿cómo demostraría lo que representa? Ahí nace la idea. Puede ser una iniciativa social, un servicio añadido, un producto especial o una colaboración estratégica… lo importante es que encarne tus valores.

Invita a la audiencia ser partícipe. El storydoing no es un monólogo, es un escenario compartido. Diseña experiencias donde tu público pueda participar, interactuar, incluso participar en la creación. Cuanto más se involucre la gente, más fuerte será el vínculo emocional que se cree.

Sé consistente. Una acción aislada puede llamar la atención, pero un compromiso sostenido es lo que construye reputación. El storydoing debe integrarse en la cultura interna, no solo en las campañas externas.

Cuenta la historia… después de vivirla. No se trata de dejar de comunicar, sino de comunicar desde la experiencia. Muestra el impacto real, comparte testimonios, documenta el proceso y deja que el resultado hable por sí solo.

Beneficios que se miden  

Aplicar storydoing no solo mejora la percepción de marca; también tiene impacto directo en el negocio:

  • Mayor diferenciación: Cuando tu historia se vive, no se copia.
  • Engagement más auténtico: Las personas se involucran más con experiencias reales que con mensajes publicitarios.
  • Reputación sólida: La coherencia entre lo que dices y haces construye confianza.
  • Mejor boca-oído orgánico: Las acciones potentes viajan solas por redes y conversaciones.
  • Mayor fidelidad: El público siente que la marca tiene un rol activo en su vida, no solo comercial.

El storydoing es la invitación a actuar, a hacer que cada valor de marca cobre vida fuera de las comunicaciones corporativas. En un mercado saturado de mensajes, las marcas que destacan son las que hacen y las que dicen. Y si algo tenemos claro en FlandeCoco es que las historias más poderosas no se cuentan: se viven.

El expertise publicitario de FlandeCoco es un poderoso credencial para para marcas, empresas y negocios que desean fortalecer su músculo marketero. Si deseas información adicional o conocer otros detalles sobre cómo podemos ayudarte en tu estrategia de comunicación, rellena el siguiente formulario y rápidamente te daremos respuesta.