El naming es el proceso que determina el nombre de una marca. Un colaborador imprescindible para presentar la esencia, las fortalezas diferenciadoras y la asociación con determinados valores. Un ejercicio, pese a la creencia generalizada, de mayor compromiso con el análisis que con la creatividad, en busca del más difícil todavía de una marca: no ser una más de las miles de rosas del jardín.
Visible y duradera
Un procedimiento, complejo, subjetivo y detonante de algunos conflictos, al que se enfrentan miles de organizaciones a diario, pero que desarrollado con rigor acabará ofreciendo una identidad de marca visible y duradera.
No existe, como era de esperar, ni una fórmula científica infalible ni unos mandamientos de la diosa Publicitea que garanticen el éxito del proceso. Hay, eso sí, algunas pautas y recomendaciones que te pueden ser de excelente ayuda. ¿Las vemos?
Una personalidad única y singular, debe proyectar un ADN que marque la diferencia frente a los competidores.
Sin equívocos ni el lastre de asociaciones negativas con otras denominaciones del propio idioma u otros.
Notorio, rompedor de los códigos existentes.
Sonoro y aparente, debe superar la prueba del algodón de lectura en voz alta y su aplicación escrita en el papel.
Descriptivo, conectando con la forma en la que el usuario lo buscará.
Sugestivo y evocador, conectará más con el imaginario de los beneficios y de la experiencia del usuario que con los ingredientes comerciales.
Registrable, es imprescindible conocer la viabilidad legal del nombre y la operatividad de los dominios.
Eufónico, debe atesorar tanto una sonoridad agradable como una combinación acertada de letras que faciliten lectura y pronunciación.
La brevedad es, como dice el refrán, dos veces buena: por breve y por facilitar el recuerdo.
Coherente con el sistema de marcas con las que coexistirá.
Generador de credibilidad, tanto en su categoría actual como en futuras extensiones que se realicen.
Invertir tiempo, ideas y análisis en un buen nombre es invertir en el valor de tu marca, una inversión imprescindible para ser la reina indiscutible del jardín.